“Vino a comer, dijo que se iba, y ya no volvió más” | Vídeo
Mª Ángeles Villafranca, que perdió a su hijo de 20 años en un accidente de tráfico en Atarfe en 2006, ahora orienta a víctimas y afectados por siniestros, y fomenta la cultura de la seguridad vial en la sociedad
En psicología, se define ‘resiliencia’ como la capacidad de una persona para superar una adversidad, una situación traumática o una tragedia. Si ésta se pudiera medir en valores numéricos, la de Mª Ángeles Villafranca alcanzaría un nivel muy alto. Ella acudirá hoy, 19 de noviembre, a la Fuente de Las Batallas con motivo del Día Internacional en Recuerdo a las Víctimas de Accidentes de Tráfico, donde tendrá lugar un acto conmemorativo a partir de las doce del mediodía.
Mª Ángeles es la delegada en Andalucía de la Asociación Stop Accidentes, una organización dedicada a la ayuda y orientación de los afectados por accidentes de tráfico, tanto para las víctimas como para los familiares, en caso de que el accidente acabe cobrándose alguna vida, como fue su propio caso.
Su hijo, Miguel Ángel, falleció el 23 de marzo de 2006 como consecuencia de una colisión entre dos coches cuando salía de Atarfe para ir a trabajar. “La gente se cree que para tener un accidente te tienes que ir de viaje” explica. El accidente que puso fin a la vida de su hijo se produjo en la actual carretera de GR- 3417, que conecta Atarfe y Albolote, a unos cinco minutos de su casa.
Miguel Ángel intentó esquivar un coche que estaba parado a la derecha de la calzada. Al no haber arcén suficiente, el vehículo ocupaba gran parte de la calzada. Cuando lo bordeó, un todoterreno circulaba en sentido contrario, provocándose una colisión lateral que terminó con su vida. La mujer del conductor del todoterreno confirmó que su marido circulaba hablando por teléfono, algo que no estaba penalizado en aquel entonces.
“Mi hijo fue… -suspira y continúa con la voz más tenue- Todos son especiales. Mi hijo tenía veinte años y fue al trabajo. Vino a comer y me dijo ‘me voy’, y ya no volvió más”.
Desde entonces, Mª Ángeles trabaja para evitar que no tengan lugar más casos como el de su hijo. “Nuestra prioridad –haciendo referencia a Stop Accidentes- es la educación”, señala. La asociación pretende, mediante su propia experiencia, concienciar a la sociedad y luchar por un panorama sin accidentes.
CASI 1.000 ACCIDENTES EN UN AÑO
En España, los accidentes de tráfico continúan siendo una de las principales causas de mortalidad. En 2017, se han producido 934 accidentes mortales, aunque, como señala la delegada, estas cifras tienen en cuenta sólo los siniestros que tienen lugar en las vías interurbanas, a las que habría que añadirle los fallecidos en accidentes en vías urbanas.
Tal y como recoge la Dirección General de Tráfico (DGT), en lo que va de año son 1.049 las víctimas mortales que se han registrado en las vías interurbanas españolas. De ellas, 178 han perdido la vida en Andalucía, lo que supone un incremento del 13% -veinte fallecidos más-. Además, julio ha sido el mes con más accidentes de tráfico del año, con 111, y junio el mes con más fallecidos, con 123, al igual que octubre.
La vida de Mª Ángeles no ha vuelto a ser igual desde el accidente que le costó la vida a su hijo. “Las casas quedan totalmente destrozadas”, afirma, y con conocimiento para hacerlo. Cinco años después del fallecimiento de su hijo, perdió a su marido. “Él tenía un trabajo en el que, prácticamente, estaba siempre fuera”, explica, “en las primeras navidades que le cogió en casa fue cuando él se dio cuenta de lo que era de verdad la falta -su voz se apaga- y, desgraciadamente, el día 28 de diciembre, que parece ironía porque es el día de los inocentes, se quitó la vida”, nos relata esta mujer, quien ha aprendido a seguir viviendo la vida sin su hijo y sin su marido.
MÁS CONCIENCIACIÓN
“Si a mí me cogen por haber bebido o haber consumido cualquier droga, y me ponen, por ejemplo, un mes de cárcel, que se cumpla”, apunta como medida que, bajo su parecer, rebajaría las cifras de accidentes, y añade que “la multa nos duele, no porque reconozcamos que hemos hecho algo mal o no llevar el casco puesto, sino que nos duele tener que pagarlo”.
Todos los días, recorre el tramo en el que su hijo perdió la vida. Lo hace con entereza, pese a que afirma que ha pasado años sin querer ni escuchar la música, y acompañada de ‘Chumbito’, su perro, al que ha llamado igual que llamaban a Miguel Ángel sus amigos.
Hoy lucha para que el caso de su hijo no vuelva a repetirse y aconseja a las familias que se ven en su situación. “Si tú ves un accidente, que es una de las luchas que estamos siempre inculcando, lo primero es llamar al 1-1-2”, reclama -poniendo énfasis en las cifras, por separado, para que se recuerden de forma más fácil-, y sentencia con un mensaje a las familias que se ven en la misma situación en la que ella se vio: “la lucha no se acaba nunca”.
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