Ya se pueden visitar las ninfas de Salar integradas en la exposición 'Tesoros del Museo Arqueológico'

El delegado de Cultura y Patrimonio reitera el compromiso económico de la Junta para que prosigan las excavaciones

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El delegado de Cultura y el director del Museo Arqueológico en la presentación de las ninfas de Salar | Foto: Gabinete
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El delegado de Cultura y Patrimonio Histórico, Antonio Granados, y el director del Museo Arqueológico y Etnológico, Isidro Toro, han presentado las ninfas de Salar integradas en su nueva ubicación como parte de la exposición ‘Tesoros del Museo Arqueológico’, y que a partir de este miércoles pueden ser visitadas por el público. De hecho, tanto el máximo responsable de Cultura como del espacio museístico invitaron a granadinos y visitantes a contemplar estas nuevas piezas que “disfrutan de muy buen estado y son singulares tanto por la calidad de su ejecución como por el mate-rial de que están hechas”.

Antonio Granados ha agradecido la colaboración del alcalde y la corporación de Salar para terminar con una situación de alegalidad al devolver las ninfas al Museo Arqueológico. “En cuanto al futuro ya se estudiarán las situaciones y se tomarán decisiones conforme a la Ley” ha precisado, así como ha recordado que en esta semana comienza la construcción de la rotonda de acceso a la villa romana de Salar y que se financiarán con 20.000 euros futuras excavaciones, ya que aún no se conoce más que un 15% de la casa y aledaños. “El yacimiento aún tiene que arrojar muchas sorpresas si se cumplen las expectativas”, ha señalado.

Por su parte, Isidro Toro ha desgranado la historia de la villa romana de Salar, que fue descubierta en el año 2004 con motivo de las obras de construcción de la Estación Depuradora de Aguas Residuales de la localidad. Para evaluar su importancia y extensión se desarrollaron toda una serie de trabajos y un ambicioso proyecto de investigación de la misma desarrollado durante los años 2011 y 2013 bajo la dirección de los arqueólogos Carlos González y Taoufik El-Amrany, que sacó a la luz una lujosa residencia rural romana ocupada entre los siglos I y IV, que poseía un Ninfeo, un templo dedicado a las ninfas, ubicado en el comedor principal de la parte residencial. Una estructura que recrearía una gruta natural con una cascada que vertía el agua en un estanque en forma de U que rodeaba por tres lados el comedor y en donde se descubrieron estas dos piezas escultóricas correspondientes a sendas ninfas que formaban parte del discurso decorativo del lugar, funcionando una de ellas como surtidor de agua.

En la mitología clásica, las Ninfas son divinidades menores que personifican la fecundidad de la Naturaleza. Se les representa como bellas y alegres jóvenes desnudas o semidesnudas que pasan la vida cantando y bailando, formando en ocasiones el séquito de divinidades superiores como Artemisa, Apolo, Dionisio, Hermes o Pan. Según el lugar donde habiten existen diferentes tipos de estas, divididas en diversos grupos y subgrupos, de tierra, de agua, de agua salada o dulce…. Las Náyades eran las ninfas de agua dulce, de los ríos, lagos, pantanos, manantiales y fuentes. A su vez, las ninfas de las fuentes eran la Crénides.