El voluntariado en Granada: esencial y en aumento en tiempos de pandemia

En la provincia granadina hay cerca de 35.000 personas voluntarias, una cifra que ha subido en el último año ya que el Covid-19 ha despertado el sentimiento de solidaridad

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Voluntarios en el Encuentro Provincial realizado en el Cuarto Real de Santo Domingo | Foto: Plataforma del Voluntariado de Granada
María José Ramírez
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Durante los últimos meses, especialmente en los que la pandemia del Covid-19 arrasaba por todo el mundo, los voluntarios han estado en primera línea para ayudar a quienes más lo necesitaban. Cerca de 35.000 personas son voluntarias en Granada y dedican su tiempo libre a ayudar a otras personas. Esta cifra ha aumentado en el último año y medio, ya que la pandemia del Covid-19 ha despertado ese sentimiento de solidaridad. Este 5 de diciembre se celebra el Día Internacional del Voluntariado para reconocer la labor de los voluntarios en las diferentes asociaciones en las que colaboran.

En Granada existen en torno a 320 asociaciones de voluntariado a día de hoy y 67 de ellas pertenecen a la Plataforma del Voluntariado de Granada, que empezó a funcionar hace ya 30 años. “La Plataforma lo que hace, básicamente, es dar apoyo a las entidades que requieren el servicio en temas de asesoramiento, formación, subvenciones, difusión de actividades y trabajo en red, para que se conozcan entre ellas y se ayuden unas a otras”, explica Antonio Javier Romero Sánchez, coordinador técnico de la Plataforma del Voluntariado de Granada, en la que también se encargan de asesorar a las personas que quieran ser voluntarias sobre la entidad a la que se pueden incorporar en función de su perfil.

“Muchas entidades ayudan a personas que lo necesitan. La labor de todas es importante. Todas buscan acompañar a las personas y se han ido adaptando debido a la pandemia”, comenta Antonio Javier Romero. “Cuando se decretó el estado de alarma, todo era miedo y pensábamos en cómo íbamos a atender a los usuarios. Todas las asociaciones se han adaptado también a la era digital y las actividades se han podido desarrollar de manera online, pero desean ya tener contacto con su gente”, asegura el coordinador técnico de la Plataforma del Voluntariado de Granada.

Una de las principales organizaciones de voluntariado es Cruz Roja, que en Granada cuenta con unos 3.000 voluntarios en toda la provincia. Mari Ángeles Paneque es voluntaria de Cruz Roja desde hace seis años, algo que para ella supone “lo más grande”. Agradece que le traten superbien y le hagan sentirse “como en familia”. “Personalmente, ser voluntaria me ayuda a sentirme una persona útil y que puedo ayudar a los demás”, asegura.

Los voluntarios de Cruz Roja trabajan “en distintas áreas de conocimiento: la inclusión, social, empleo, salud, educación, socorro y medio ambiente” y de esa forma se da una “respuesta integral a las personas y a las necesidades que plantean”, apunta Esther Pérez Barranco, la responsable del Voluntariado en Cruz Roja Granada. “Trabajamos con distintos colectivos, entre los que están el de mayores, jóvenes, infancia, personas de extrema vulnerabilidad, inmigrantes, solicitantes de asilo, mujeres en dificultad social, desempleados o personas en situación precaria a nivel laboral, reclusos, personas con discapacidad o personas con problemas de salud”, añade.

Durante la pandemia, esta organización puso en marcha el servicio Cruz Roja Responde, “atendido por especialistas para dar soporte emocional tanto a las personas que lo necesitaban por motivos relacionados con la crisis del Covid-19 como a los voluntarios que estaban interviniendo con ellos”, destaca Esther Pérez. “Hemos intentado cubrir las cuestiones de primera necesidad que surgían a los distintos usuarios. Atendíamos a las personas mayores que no podían salir, yendo a sus domicilios. Hemos repartido ayudas de primera necesidad, siempre procurando que se movilizara lo menos posible la población y yendo a donde estaba la necesidad. También hemos dado apoyo psicológico a quienes lo requerían porque han pasado momentos complicados y de mucho estrés por la pandemia”, explica.

Otras de las tantas asociaciones que trabajan en Granada prestando su ayuda es Madre Coraje, en la que hay 55 voluntarios activos actualmente. Cuenta con tiendas solidarias y tiene proyectos para el desarrollo local y proyectos de cooperación en Perú y Mozambique. “En Granada los voluntarios se organizan en las tiendas solidarias y hacen una labor de clasificación de todos los productos donados por la gente”, indica Xandra Cruz, coordinadora de la delegación de Madre Coraje en Granada.

Voluntarios en una tienda de Madre Coraje en Granada | Foto: Remitida

Las tiendas de Madre Coraje están ubicadas en los barrios de Granada que entiende que hay “más necesidad”, como es el Almanjáyar y Santa Adela, en el Zaidín. “El perfil que atendemos es de la población que vive en estos barrios, con más necesidad”, comenta Xandra Cruz. Tras el confinamiento, estas tiendas volvieron a abrir sus puertas con todas las medidas de protocolo Covid-19. “Los voluntarios de todas las áreas se volcaron en las tiendas para empezar a abrir poco a poco. En clasificación iban grupos muy reducidos. Con la vacunación masiva, los voluntarios más mayores fueron confiando y estaban más seguros para incorporarse. Ha sido especial. Vivimos con la solidaridad a flor de piel todos los días, porque estamos con las personas que quieren dedicar el tiempo a libre a ayudar a otras, y es bonito”, destaca Xandra Cruz, quien apunta que Madre Coraje en Granada mantiene un voluntariado “muy similar al de antes de la pandemia”.

A la Plataforma del Voluntariado de Granada pertenecen distintas asociaciones que prestan ayuda gracias a la labor de los voluntarios. Hay asociaciones para ayudar a personas con problemas con el alcohol y otras adicciones, como el es el caso de la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Baza o la Asociación Ad-Hoc de atención a personas con problemas de adicciones, entre otras. También para prestar ayuda a enfermos de Alzheimer, a padres y madres de niños oncológicos -como es el caso de la Asociación Aupa-, a personas con parálisis cerebral - como Aspace-, o a personas con discapacidad física y orgánica – como Fegradi-. Y, por supuesto, asociaciones para ayudar a las personas más desfavorecidas, como es el caso de Calor y Café, entre otras.

La labor de todas las asociaciones y de otros servicios públicos que cuentan con voluntarios, como puede ser Protección Civil, es esencial para ayudar a quienes lo necesitan y los voluntarios son los encargados de tender su mano, ofrecer sus capacidades y tiempo para ayudar a personas desfavorecidas especialmente ahora, una época en la que muchas familias lo pasan mal como consecuencia de la crisis provocada por la pandemia del Covid-19.