Wiley y Clavell no evitan que el Covirán recaiga en viejos errores (75-86)

La desconexión de los rojinegros en el último periodo permitió que Fran Guerra sentenciase un encuentro igualado hasta el término del tercer cuarto

Coviran Granada Laguna Tenerife
Lluís Costa en su regreso al Palacio de Deportes como jugador del Covirán Granada | Foto: Antonio L. Juárez
Ainoa Morano
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La gran duda a resolver este domingo era comprobar si lo de Girona había sido un simple espejismo, un oasis de paz entre tanta tormenta o si realmente el Covirán Granada sería capaz de mostrar una imagen tan sólida como la del pasado fin de semana. Los rojinegros habían dado con la tecla para ser competitivos y no permitirían que errores del pasado regresasen, al menos durante tres cuartos y no durante todos los minutos. Con una concentración exquisita y una intensidad defensiva similar a la del duelo en Fontajau, los de Pablo Pin supieron mantener a raya los inicios de periodo aplastante que suele firmar La Laguna Tenerife. Los granadinos estuvieron aupados por un Gian Clavell estelar y casi irreconocible que sumó nueve de los primeros once puntos que anotó su equipo. Su marcha al banquillo fue suplida por un Jacob Wiley que quiere reivindicarse cada día un poco más como líder ofensivo. Sus cinco puntos y una canasta de Amine Noua sirvieron para paliar la calidad individual de un conjunto aurinegro al que le costó encontrar soluciones a la defensa local (16-16).

Ya en el segundo acto, Jacob Wiley continuó con su acierto de cara al aro sumando cuatro puntos consecutivos que mantenían la igualdad en el luminoso. Sin embargo, los de Pablo Pin cayeron en un bloqueo mental que les impidió seguir sumando puntos con cierta regularidad. Ante el pequeño letargo de los granadinos, Kramer sacó su muñeca a pasear. El que fuese jugador de Covirán Granada anotó dos triples consecutivos que rompieron la igualdad en el parqué por primera vez. Con el 24 a 29, Pin dio entrada de nuevo a Clavell para buscar una solución que desatascase el juego rojinegro.

Sin embargo, la entrada en acción del puertorriqueño no fue suficiente. El técnico local se vio obligado a parar el juego ante la inactividad de sus jugadores. Con el quinteto de gala sobre la pista, los granadinos volvieron a circular el balón debían y a presionar en defensa. Minutos antes Diop había campado a sus anchas por la zona, algo que no volvería a repetir en lo que que restaba de periodo. La rotación del banquillo esta vez no surtió efecto, pero ya estaban los de siempre para rescatar al equipo. La valentía de Wiley y Sergi García hizo que los locales apretasen para marcharse 31 a 36 al descanso.

Acercarse en el marcador era una posibilidad, también remontar y conseguir la victoria. Solo había que evitar las desconexiones. Tras el descanso, los rojinegros tiraron de uno de sus grandes baluartes esta temporada para volver a meterse en el partido. El Covirán Granada regresó a pista con el cuchillo entre los dientes y con un nivel defensivo que, acompañado de la inestimable ayuda de un Wiley pletórico colocaron el 36 a 36 en el marcador. Volvió la circulación del balón en los rojinegros consiguiendo de nuevo tiros liberados que les permitían ser competitivos.

Con el 40 a 41, llegó la actuación de quienes nunca están invitados a la fiesta: los colegiados. Una antideportiva de Amine Noua sería solo el aperitivo a todo un despropósito en la actuación arbitral. Llegó a remontar Covirán con un triple de Elías Valtonen, pero Tenerife comenzó a nutrirse de los continuos tiros libres concedidos. Una falta inexplicable sobre Rousselle, que Pablo Pin protestó enérgicamente y le supuso la técnica, desencadenó la furia de los más de 7.000 aficionados presentes en el Palacio. Hasta siete puntos desde el tiro libre sumó un La Laguna Tenerife que solo llevaba una falta hasta que restaban 22 segundos para acabar el periodo, momento en el que hizo la segunda. Los rojinegros resistieron como pudieron para dejar el luminoso en el 51 a 53 final, gracias a un Valtonen con mucha sangre fría, pero el daño mental ya estaba hecho.

Los temidos parciales de arranque de Tenerife llegaron con el inicio de los últimos diez minutos. Covirán Granada no estaba en la pista. Los rojinegros desaparecieron cuando más concentrados debían estar y Fran Guerra supo aprovechar los continuos despistes de su rival. Una jugada tras otra, el pívot aurinegro anotaba casi sin esfuerzo llegan a sumar él solo 9 puntos que llevaron a Pablo Pin a detener el juego. La reprimenda no fue suficiente para que los granadinos encontrasen su acierto de cara al aro. Los puntos caían a cuenta gotas ante un Tenerife que había olido sangre y sabía que solo debía apretar un poco más para sumar su segundo triunfo del curso. Los siguió intentando el Covirán con Clavell, Valtonen y Wiley como únicos referentes anímicos del equipo. El Covirán todavía no conoce la victoria ante su público, algo que debe solucionarse cuanto antes pues el Palacio debe ser un fortín si se quiere seguir en esta competición. Lo positivo, la reivindicación de Clavell y Wiley y el haber recortado puntos de cara al average general en los últimos segundo del partido (75-86). Ahora la clave estará en encontrar la tan deseada continuidad.

Ficha del partido:

Covirán Granada: García (6), Noua (8), Clavell (25), Guerrero (0), Valtonen (13) - quinteto inicial - Ubal (0), Rousselle (2), Vicedo (4), Tomàs (0), Bamforth (0), Aurrecoechea (0), Wiley (17)

La Laguna Tenerife: Kramer (20), Fitipaldo (4), Scrubb (14), Guerra (24), Doornekamp (4)- quinteto inicial - Willis (3), Kostadinov (0), Huertas (6), Diop (8), Costa (0), Shermadini (2), Abromaitis (1)

Parciales: 16-16; 15-20 - descanso - 20-17; 24-33

Árbitros: Martín Caballero, Sergio Manuel y Raúl Zamorano.

Incidencias: partido correspondiente a la Jornada 4 de la ACB disputado en el Palacio de Deportes ante 7.103 espectadores.