¡Déjanos respirar, Xoel!

El artista gallego realizó un frenético viaje por su carrera ante una Sala Aliatar entregada

XOEL LOPEZ Aliatar
Concierto de Xoel López en la Sala Aliatar | Foto: Toni Nogueras
Toni Nogueras
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Xoel López no da tregua. No la dio en sus inicios, cuando irrumpió con Deluxe en la escena musical española con una energía desbordante, y no la da ahora, con una carrera en solitario que no deja de evolucionar. Su concierto en la Sala Aliatar de Granada fue una demostración de poderío, de un artista que ha crecido con sus canciones, pero que sigue manteniendo el espíritu de sus primeros días: entrega absoluta, pasión inquebrantable y una capacidad única para convertir un concierto en una experiencia casi catártica.

Y es que lo que se vivió en Aliatar en la noche del viernes ha sido todo un torbellino. Desde el primer acorde, Xoel y su banda tomaron el escenario con una fuerza que apenas dejó espacio para el respiro. No había momentos de pausa, solo un continuo vaivén de emociones, donde cada canción era una explosión de energía o un viaje introspectivo. Granada, que ha sido testigo de grandes conciertos en este curso, puede apuntar este como uno de los mejores.

El repertorio fue una combinación magistral de pasado y presente. Los más nostálgicos pudieron disfrutar de himnos de Deluxe como ‘Que no’, que sonó con una potencia arrolladora, pero el grueso de la noche estuvo marcado por su último trabajo, ‘Caldo Espírito’, que en directo cobra una nueva dimensión. ‘La espina de la flor en tu costado’ sonó con una emoción contenida que terminó estallando en el estribillo, mientras que ‘Tigre de bengala’ nos dejó un duelo de riffs de guitarra de más de cinco minutos que convirtió la sala en un hervidero, siendo este el gran momento de la noche granadina.

XOEL LOPEZ Aliatar

Hubo momentos de celebración pura, como la versión acelerada y festiva de ‘Joana’, en la que el público respondió con saltos, coros y palmas, entregándose por completo a un artista que, como sus canciones, ha aprendido a domar el escenario con cada año que pasa.

Y es que lo de Xoel López es una lección continua de cómo crecer sin perder la esencia. Su música ha evolucionado, ha viajado por diferentes sonoridades y ha absorbido influencias de todo el mundo, pero su actitud sigue siendo la misma: un artista que lo da todo, que se deja la voz y el alma en cada concierto, y que mantiene intacta su capacidad para emocionar y hacer vibrar.

Las letras de Xoel, con su carga poética y su mirada luminosa sobre la vida, fueron un bálsamo para un público que necesitaba una noche así. Porque su música no solo hace bailar, también reconforta y acompaña, y en tiempos como estos, eso es más necesario que nunca.

Al final del concierto, tras dejarse todo en el bis, haciendo a todos salir del ‘Lodo’ y  con la emoción todavía en el aire, el artista gallego se despidió con una frase que resumió perfectamente la noche: "A la Sala Aliatar… Gracias por traernos". Un agradecimiento sincero, no solo al espacio, sino a un público que respondió con una entrega total.

XOEL LOPEZ Aliatar

La Sala Aliatar, por su parte, sigue consolidándose como un espacio clave en la escena musical granadina. El sonido, aunque con margen de mejora, cumplió su cometido en una noche en la que la conexión entre artista y público hizo que todo lo demás pasara a un segundo plano.

Granada ha vivido muchos conciertos en lo que va de año, pero pocos como este. Xoel López volvió a demostrar que el tiempo no lo desgasta, sino que lo hace aún más fuerte. Y si algo quedó claro en Aliatar es que, cuando él está sobre el escenario, lo único que podemos hacer es rendirnos y pedirle, entre canción y canción… ¡Déjanos respirar, Xoel!







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