El Zaidín y el Albayzín llenan de pasión el Jueves Santo granadino
Hasta cinco hermandades desfilaron por las calles de la ciudad abarrotadas de granadinos que no quisieron perderse uno de los días más grandes de la Semana Santa
Granada vivió en la tarde del jueves uno de los días más bonitos de la Semana Santa. Tras dos días en los que la lluvia acabó con la ilusión de cientos de granadinos de volver a las calles junto a sus hermandades, como ocurrió el pasado martes, y donde obligó a cambiar recorridos y mantuvo con el corazón en un puño a las cofradías, tal y como pasó el miércoles, este Jueves Santo la ciudad ha podido disfrutar de un día perfecto en el que todos los pasos realizaron su estación de penitencia.
Rondaban las 16:30 horas cuando los nervios comenzaron a aflorar a las puertas de la Iglesia María Auxiliadora en el Zaidín. El Cristo de la Redención y Ntra. Sra. de la Salud ya estaban preparados para procesar por las calles del barrio granadino. Los chicos y chicas de la Hermandad de Los Salesianos acompañaron a ambos pasos con sus voces, momento en el que la banda se sumaba para crear un momento único y emocionante.
A penas unos minutos después, pero en el Albayzín, el silencio se apoderó de todos los que esperaban en las puertas de la Concepción. La ilusión se mezclaba con el nerviosismo hasta las puertas del Monasterio se abrieron para dar comienzo al Jueves Santo albaicinero. Con la salida del Cristo del Amor de la Concha, se escuchó la primera ovación de la tarde tras la levantá.
El Jueves Santo ha sido uno de los días más complicados para los costaleros. En las calles de la ciudad se han vivido momentos de mucha tensión, pero infinitamente bellos en los que el esfuerzo de todos los que se encontraban bajo los pasos se ha podido sentir. Uno de esos momentos se pudo vivir con la salida de la Estrella y Jesús de la Pasión en la Iglesia de San Cristóbal.
“Tranquilos, sin prisa, un poquito a la izquierda, con precisión”. Las indicaciones resonaban en toda la plaza, expectante por ver cómo los pasos iniciaban su estación de penitencia.
A las 18:00 horas llegó el momento más esperado para el Albayzín. En la Plaza de San Miguel Bajo no cogía ni un alfiler, dos años de espera habían sido demasiado largos para ver a la madre del Albayzín desfilando por las calles del barrio granadino. ¡Aurora guapa, guapa y guapa! El cántico se repetía sin cesar mientras que, desde las alturas, el mantón blanco de la virgen se abría paso entre los cientos de fieles.
Entorno a las 20:00 horas, cuatro de las cinco hermandades que tenían que procesionar por las calles de Granada ya estaban realizando su estación de penitencia con total normalidad, sin alteraciones en sus recorridos y sin que la lluvia hiciese acto de presencia. Solo quedaba esperar a la medianoche para presenciar la salida de El Silencio.
Esta partió, como de costumbre, desde la parroquia de San Pedro y San Pablo en el la Carrera del Darro. La sobrecogedora estampa que dejó, tras dos años, con el alumbrado público a pagándose a su paso llenó los corazones de los granadinos para poner el punto final a una noche mágica que se volvió a sentir como pre pandemia.